SITUACION ACTUAL DEL SECTOR DEL DIAMANTE
Los Diamantes; no sólo son un símbolo de pureza y eternidad.
Un Diamante no sólo es una piedra preciosa en el dedo de una mujer en forma de anillos de compromiso o anillo de boda. Representa un símbolo de bienestar, pureza y amor. Pero su verdadero y más importante significado, muchas veces desconocido para el gran público, es la fuerza económica que representa para los países productores de diamantes. Por ello este tema trata de los Diamantes en la Economía.
Los diamantes constituyen el impulso al desarrollo sostenible de las zonas de extracción, la mejora de las condiciones de vida de los mineros, y el desarrollo general de estos países.
Como en todos los sectores en los que convergen diferentes agentes económicos, el camino al progreso no siempre ha sido fácil y el mundo del Diamante no iba a ser la excepción. Con este objetivo en el año 2000 se crearon dos importantes organizaciones a nivel mundial : el KPCS ( Kimberley Process Certification Scheme) y WDC ( World Diamond Council).
LOS DIAMANTES EN LA ECONOMÍA REAL
Fundamentalmente la misión del KPCS y del WDC consiste en garantizar que todos los diamantes en bruto que entran en el circuito internacional proceden de fuentes legítimas, no implicadas en conflictos y conformes a las resoluciones de la O.N.U. Se trataba de regularizar el comercio de las gemas con el fin de evitar que los diamantes sirviesen como moneda de pago para financiar las guerras internas que asolaron varios países africanos en los años 90.
Paralelamente, otras organizaciones internacionales trabajan en la misma dirección. Una de ellas es la DDI ( Diamond Developement Iniciative), cuya labor es más a pie de calle, en contacto con los más mineros. La DDI es una organización que aúna ONGs, gobiernos, comunidades y empresas del sector privado, con el fin de coordinar todos los esfuerzos posibles para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores de las
extracciones fluviales diamantíferas.
Se estiman más de 120.000 buscadores de diamantes en Sierra Leona, 700.000 en el Congo y 150.000 en Angola. Sumando los mineros de Guinea, Ghana y otras regiones del continente africano, la cifra se acerca al millón de personas. Si a esto se añaden aproximadamente las 200.000 personas que trabajan en Brasil, Guyana y Venezuela, la DDI calcula que la cifra mundial rondaría el millón y medio de personas en el mundo trabajando en condiciones precarias de manera artesanal en las cuencas de los ríos para la industria del diamante.
Esta mano de obra se encuentra en el sustrato más pobre, al trabajar de manera irregular, sin ningún tipo de seguridad ni contrato, ganando menos de un dólar al día si con suerte consiguen sustraer algo de la tierra o de las cuencas de los ríos.
Sus condiciones de vida son pobres e insalubres y sus herramientas básicas se limitan a una pala, un pico, un tamiz y poco más. Lo que consiguen extraer de la tierra tan sólo les da para malvivir, por lo que tampoco les sirve para salir del círculo vicioso de la pobreza. A esto hay que añadir la problemática que muchos de ellos son niños totalmente carentes de apoyo familiar, que han huido de zonas de conflicto y a los que no les queda más remedio que trabajar para subsistir.
Es a estos trabajadores a los que está dirigida la labor de la DDI, operando en varios frentes a la vez: concienciar sobre las condiciones de trabajo de los mineros, implicar a las grandes empresas y recaudar fondos de las grandes agencias de donación, ya que normalmente las donaciones no llegan al sector minero del diamante, bien por desconocimiento, bien por su complejidad y problemática.
La función de la DDI es primordialmente la de coordinar todos los esfuerzos, comprometer a las ONGs en la búsqueda de soluciones, desde dar información sobre la prevención del SIDA, construir viviendas dignas para los trabajadores e instruir a los mineros y a sus comunidades de que mediante una producción segura y responsable, se garantiza la prosperidad de los mineros y de la región.
La DDI considera que tan sólo mejorando sustancialmente las condiciones de vida de los trabajadores más pobres del mundo del diamante, la labor del Kimberley Process es sostenible.
Dicho lo anterior se ha de afirmar que los cambios producidos en el sector de la Producción de los Diamantes han dado un vuelco enorme a la situación anterior. Posiblemente este sea hoy por hoy uno de los sectores más transparente en el mundo del comercio. De Debeers ha llevado a múltiples países de Sudáfrica el comercio justo, aportando igualmente un valor añadido a países que teniendo diamantes en su suelo, no disponían de los medios necesarios para su explotación. Esto ha repercutido positivamente en muchos aspectos tales como la educación y un mayor nivel de vida entre quienes trabajan en el sector de la extracción de los Diamantes. Se han creado escuelas para los hijos de estos trabajadores y hoy disponen de una sanidad que con anterioridad era tercermundista. Los pasos dados van por el buen camino, pero aun así falta mucho por hacer.
Amberes cuenta con la Bolsa de Diamantes más importante del mundo, y en ella solo entran diamantes en bruto que han pasado todos los controles establecidos en el Proceso Kimberley. Si por cualquier motivo se observa que los diamantes que se intentan colocar en el mercado no son los que vienen identificados en el Certificado Kimberley, la oficina de control lo pone en manos de las autoridades pertinentes con el fin de que se tomen las medidas legales oportunas.
* Todos los Diamantes de Jorge Juan Joyeros (J.K. Diamonds Suppliers) pasan los controles exigidos por el WORLD DIAMOND COUNCIL, quien se encarga de que todos los diamantes que entran en el mercado sean de origen legal.